Todo esto sucederá a partir del próximo 1 de julio todos los automóviles en Francia estarán obligados a llevar un alcoholímetroque impedirá que el vehículo arranque en caso de dar positivo.
Así lo decretó el Gobierno de ese país, que dará además un periodo de cuatro meses (hasta el 01 de noviembre) para que los conductores adopten la medida, luego del cual se impondrá una multa de 11 euros a quienes la incumplan.
El dispositivo debe estar en buen estado, contener un certificado de homologación y una fecha de caducidad. La disposición incluye también a los vehículos extranjeros que circulen por territorio francés.
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